Lo invito a vivir un viaje salvaje... la emoción será alta, la descarga de adrenalina terrible, su vida estará en peligro a cada instante. Tendrá que tomar decisiones de vida y muerte minuto a minuto y, si no posee las aptitudes, habilidades y sangre fría de un piloto de avión de combate tal vez no sea capaz de sortear las dificultades que lo aguardan.

El viaje tiene una extensión total de 550 kms (entre las ciudades de Córdoba y San Pedro en Argentina), pero la aventura se sitúa en un tramo de 350 kms. (entre las ciudades de Pilar y Arroyo Seco), en el tramo conocido como "La Ruta de la Muerte".

En condiciones normales –y por rutas normales- este sería un placentero viaje de unas cinco horas y media de duración, que haría tranquilo y disfrutando de buena música. Pero, en este caso sólo atravesar la zona maldita por la que voy a llevarlo le tomará más de nueve horas.

Si llega vivo al final del camino de la muerte, lo invitaré un asado (ese será el humilde premio por sobrevivir)

Está listo para vivir en peligro durante los próximos minutos ?... un consejo: si Usted es muy impresionable o, las cosas que lee lo sugestionan y luego tiene pesadillas, le aconsejo desde ya que no lo intente. No estoy en condiciones de garantizarle nada y las reacciones en el caso de lectores sensibles pueden ser serias.

Sólo si es valiente y conserva el control sobre su persona en toda circunstancia, puede seguir desde este punto. No diga que no le di aviso. A partir de aquí será por su propia cuenta y riesgo.

Disfrútelo (o mejor dicho... súfralo).

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Imagínese una fila de camiones interminable en un camino sencillo de doble mano (no una autopista)…. Para que su imaginación no trabaje tanto, le diré que debe imaginar unos 10.000 camiones que van en su misma dirección y 10.000 camiones que marchan en la dirección contraria.

Bueno... no exageremos... ponga sólo 8.000 camiones en cada dirección ya que cada tanto existen algunos espacios libres en la ruta –gracias a los camiones más lentos que frenan una larga fila de vehículos tras de si y dejan un espacio libre adelante de ellos-.

En general se trata de monstruos de doble acoplado de unos 20 metros de longitud. Algunos son exasperantemente lentos, otros desarrollan una velocidad alucinante capaz de superar a su propio vehículo.

Eso ya es malo, pero no es todo. Los conducen unas personas muy especiales llamadas “camioneros”... posiblemente cualquier miembro de la Brigada “Plus Ultra” –los españoles que estaban en Irak hasta que Zapatero ordenó su regreso-, preferirían regresar al centro mismo de Faluya con una bandera norteamericana pintada en el casco, antes que tener que enfrentar uno de estos en la ruta, frente a frente y en un vehículo más pequeño que ellos... Usted convivirá en esta “maravillosa” experiencia con unos 16.000 de ellos al mismo tiempo, circulando en ambas direcciones y en condiciones ambientales pésimas.

Agregue también los lógicos y tradicionales 2.000 automóviles en cada una de las filas... no afectan tanto el ritmo de marcha –los autos-, pero son los que realizan las maniobras más peligrosas pasando los camiones.

Ahora, quitemos el sol del escenario –ya que, como en toda buena película de terror esta parte del viaje la haremos de noche- y para ponerle un poco más de emoción al asunto, active la llovizna y regúlela en el modo “un rato de llovizna suave, un rato de llovizna fuerte”.

Si tiene suerte, entre camión y camión habrá unos 20 o 30 metros –suficientes para que entre con su automóvil-, pero, muchas otras veces la separación apenas si será de 3 o 5 metros y ya habrá un automóvil que marcha como un sandwich atorado entre dos camiones (y no queda lugar para que Usted ingrese).

No se lo imagina ?.. permítame que lo ayude un poco. Lo que tiene que imaginar son 350 kms de esto:

Ya tiene una idea ?

Por si su imaginación no es buena le voy a dar una ayudita adicional, le estoy hablando de esto:

Que sigue con:

O que en realidad puede ser:

Ya le funciona su imaginación ?, sabe de qué le hablo ?

Se lo imagina de noche y lloviendo ?

Bueno, sólo si no ha sentido que los pelos de su nuca están erizados y cree que podrá pasar por la historia sin sufrir daños psicológicos, podemos empezar este viaje.

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Gobernador Castro es una pequeña población ubicada en el eje de la Ruta 9 que es la que conecta Buenos Aires con el norte de Argentina (y pasa además por Córdoba). Está muy cercana a San Pedro –la capital de los duraznos- y su cabecera de Departamento, y allí se haría la reunión.
Como allí NO en llega “en avión” (salvo viajando hasta Buenos Aires para luego regresar unos 150 kms por la carretera), la opción más adecuada era usar mi automóvil.

Sin embargo, no estaba clara aún mi agenda del segundo trimestre y no sabía si estaría en Argentina en los días siguientes. Seguimos negociando la fecha con algunos emails adicionales y por teléfono hasta que, finalmente, me confirman que hasta Mayo o Junio no tendría que ir a la Oficina (en Miami) ni tenía actividades pendientes en España, entonces aprovecho y fijo una fecha para la reunión con Carlos en el mes de Abril.

Tras algunos cambios y ajustes, finalmente convenimos que iría un día viernes y me quedaría el sábado en caso que fuese necesario.
Para llegar un viernes –viajando en automóvil desde Córdoba- me convenía salir el jueves para viajar tranquilo, llegar al atardecer, cenar con Carlos, enterarme del tema, descansar esa noche y, al día siguiente empezar fresco y feliz una o dos jornadas de trabajo.

Me encanta manejar en la ruta –aunque lo hago muy poco-. Me considero un conductor habilidoso y por algún misterio de mi mente, pasados los primeros 100 o 200 kms y una vez que me relajo y tranquilizo empiezan a ordenarse mis ideas y ciertos temas para los que no tenía solución aparente empiezan a quedar claros.

No me pasa cuando viajo por otros medios... diez horas en el avión rumbo a Miami o Madrid no me ayudan a pensar en lo más mínimo (salvo para doblarme la espalda) y los viajes en tren que hago en España –medio de transporte que adoro y que sólo se puede usar en Europa ya que en la región sólo el viaje entre Washington a Nueva York en el tradicional Amtrak es “usable”- me producen tanta calma que me relajo por demás y paso directamente a un estado de sonambulismo confortable (Bahh... me duermo como un tronco).

En cambio en el auto ocurre algo diferente... obviamente no me adormezco como en los trenes (no estaría contando ésto en tal caso), ni me aburro como en los aviones... es una situación intermedia que hace que mi cabeza funcione al máximo sin ningún esfuerzo.

Eso si... el límite que soporto para un viaje es de unos 700 kms., luego de esa distancia el trayecto se convierte en una rutina molesta y no me sirve de nada... el “óptimo” de creatividad lo tengo entre los 200 kms y 700 kms... son los 500 kms “de oro”.

Por eso, la idea de ir hasta San Pedro –la ciudad de mayor tamaño cercana a Gobernador Castro- y hacer 550 kms. manejando, me entusiasmaba como ejercicio. A la ida pensaría en “mis temas” y al regreso seguramente encontraría soluciones para las cuestiones que iba a tratar con Carlos.

Planifiqué salir el jueves a las 13 hs. aproximadamente. Conozco la ruta y se que es complicada, por lo que calculé usar unas siete horas para el viaje (que en condiciones normales y una ruta adecuada se haría en no más de cinco horas), le avisé a Carlos que llegaría alrededor de las 20 hs. y empecé a prepararme para este viaje... lo que no sabía era lo que me esperaba !!.

Desde Córdoba hasta Pilar, unos 50 kms. (ver el punto -1- en el mapa) hay una autopista tradicional, cómoda, moderna y de dos carriles por mano.

Entre Pilar y Arroyo Seco, unos 350 kms. (ver el punto -2- en el mapa) está la llamada “Ruta de la Muerte”. Un camino de doble mano, con mucho tránsito y que atraviesa trece pueblos –lo que lo convierte en un infierno-

Luego, desde Arroyo Seco hasta San Pedro, unos 150 kms (ver el punto -3- en el mapa) sigue la autopista que conecta Buenos Aires con la ciudad de Rosario, una vez más de dos carriles por mano.

Córdoba es la segunda ciudad en población en Argentina (unos 1.3 millones de habitantes) y es –o era- un centro industrial y universitario de importancia. La autopista que debería conectarla a Buenos Aires está planificada desde 1950... por qué no está hecha ?... cosas que ocurren en el tercer o cuarto Mundo.

Además, desde el cierre de los ferrocarriles en Argentina en la década de los 80, la mayor parte del transporte de carga se hace por camión y es común encontrar CIENTOS de camiones y miles de vehículos en la transitada Ruta 9.

El otro problema es que los pueblos que bordean la ruta –y cuyo centro originalmente quedaba a 3 o 5 kms de distancia de ella- han ido creciendo y hoy los tiene que atravesar a baja velocidad y casi por el medio. Como si fuese poco los Intendentes (Alcaldes) de esas ciudades han encontrado una estupenda fuente de ingresos: colocar multas a los que pasan por ellas.

Entonces, desde 2 o 3 kms antes de que ingrese a cada pueblo encontrará carteles que dicen: “Velocidad Máxima 40 kms... radares automáticos... multas”.

Hacer esos 2 o 3 kilómetros antes del pueblo a baja velocidad, bajar aún más la velocidad cuando llega a la zona urbana –han tapizado la ruta de semáforos y lomos de burro (serruchos de cemento en la ruta)-, aguantar la zona urbana en sí -que suele tener 4 o 5 kms. de longitud urbanizados sobre la ruta- y luego esperar 2 o 3 kms, más hasta que “sale” de la zona urbana, hace que atravesar cada uno de estos trece pueblos implique decenas de minutos de demora (cada semáforo está planificado para frenarlo y el tránsito interno es como el de cualquier ciudad).

Recorrer esos 350 kms., en una ruta sencilla de doble mano, con cientos de camiones y miles de automóviles, atravesando 13 pueblos, es una tortura bíblica digna de los castigos de Job.

Todo esto lo conocía bastante bien, de joven viví varios años en Bell Ville (en el punto central de este camino (ver el punto -4- en el mapa), pero estaba por experimentar algo para lo que no estaba preparado... estaba por conocer La Revolución de la Soja !!

Anote antes de pasar la página la ubicación de la ciudad de Roldán (ver el punto -5- en el mapa), si llega vivo hasta ella, lo voy a invitar con un espectacular asado para celebrar.

La experiencia que está a punto de vivir es alucinante...

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